sábado, 28 de abril de 2012

LA IDENTIDAD ESPAÑOLA EN LA COYUNTURA DE 1931


Resumen de la ponencia presentada en la Universidad de Cádiz, en el marco del III Seminario Nuestro Patrimonio Común, organizado por la Asociación Historia Actual. Marzo-2003.

1.- Planteo con absoluta sinceridad que no creo que ni en esta coyuntura (1931) ni tampoco en otras se pueda hablar de una única identidad española. Siendo posible que esta dificultad proceda del diferente uso de la terminología que estamos utilizando. La vieja enseñanza ofrecida por el maestro Louis Althusser que ya nos prevenía sobre “las dificultades y recursos del trabajo teórico”.

Empezando pues por las definiciones establezco como “identidad”, un conjunto de ideas, nociones, sentimientos y experiencias que conducen a que un determinado grupo histórico, en una determinada coyuntura, fruto de un pasado en común, reconozca y señale como colectivos y compartidos un grupo de intereses, así como las articulaciones en que dichos intereses puedan expresarse. Aclarando, además, que la supuesta identidad así definida no es un hecho inmutable en el tiempo y, por lo tanto, está sujeta a modificaciones.

Desde este punto de vista se afianza la idea primera de negar la existencia de una única identidad española en la coyuntura de 1931.

Como todos sabemos la fecha de 1931 está plagada de simbolismos ya que el 14 de abril de dicho año fue proclamada la II República Española. Plagada de simbolismos de signo contrario; tan contrarios que la resolución final de estos contrarios se saldó con el triunfo militar del fascismo que pervivió como tal modelo de dominación por más de 40 años.

2.- Estamos hablando, creo entender, de identidades nacionales que nacen en el período de surgimiento del capitalismo y que acaban articulándose en los llamados Estados-Nación. Les evito, por supuesto, la repetición de lo que ya todos sabemos sobre dicho proceso así como del papel jugado por el Estado Absolutista en el período de transición hacia un nuevo modelo de Estado, diferente por su naturaleza y salto cualitativo en el proceso histórico.

Recuerdo que en mis años de estudiante en la Facultad de Letras de la Universidad de Granada, algún profesor insistía en presentarnos a la realidad jurídica que surge de la llamada “Reconquista” como la primera expresión del Estado Moderno, una expresión “pionera” y al Rey Fernando el Católico como personaje en el que Maquiavelo se fijó para escribir “El Príncipe”.

Frente a esta interpretación histórica mas que voluntarista, comparto el análisis hecho por Pierre Vilar, en el sentido de que “la monarquía de los Habsburgos no desempeñó la función unificadora de la monarquía francesa, ni las Cortes de Cádiz la de la Revolución de 1789”.

Efectivamente: la pervivencia del Estado Absolutista y la alianza de clases que lo sustentó durante siglos, lejos de aminorar la diferenciación de pueblos y naciones en un proyecto supranacional común de carácter burgués, afianzó las diferenciaciones, sumando a su efectiva existencia otras no menos objetivas que llegaron de la mano del desarrollo desigual propio del capitalismo, agudizadas en el marco de un modelo parasitario y retardatario desde el punto de vista del proceso histórico.

Siguiendo a Pierre Vilar, a inicios del siglo XIX, sobre España pesa un sistema productivo pero no nacional que ha aumentado el contraste entre la masa del país, que sigue siendo agrícola y algunas regiones industriales especializadas. Perdidas las últimas posesiones coloniales en 1898, las contradicciones no hicieron más que agudizarse. La gran empresa imperial “en la que no se ponía el sol”, había sido despilfarrada desde el punto de vista del desarrollo histórico de la metrópoli. Joseph Fontana resume así la coyuntura:

-Inexistencia de un mercado interno por la incapacidad para acometer una Reforma Agraria.

-Falta de los capitales imprescindibles para iniciar con fuerza el proceso de industrialización, lo que le hace zona de influencia y disputa de Francia e Inglaterra.

-Industria de bienes de consumo poco concentrada, de capital familiar y necesidades bancarias limitadas que siempre recurrió al proteccionismo renunciando así a ser competitiva y favoreciendo el empobrecimiento de las masas campesinas y jornaleras de Andalucía, Extremadura y Castilla.

-Aparato estatal burocratizado y anclado en prácticas medievalizantes (clientelismo, ausencia de una administración moderna, etc).

-Presencia del Ejército como elemento determinante en la vida política.

-Hegemonía de la Iglesia en esferas determinantes de la convivencia y conciencia colectivas, como la educación.

En resumidas cuentas: un modelo incapacitado para recrear y desarrollar un proyecto nacional capaz de generar identidades únicas.

3.- La coyuntura de 1931 supuso una de las expresiones más dramáticas de confrontación entre dos identidades: entre el Viejo Orden y su Estado Autoritario y las ansias de regeneración y democratización general (no sólo política) que los sectores populares, la intelectualidad progresista y los sectores nacionalistas representaban.

La joven República, cuya Constitución de 1931 fue una de las más progresistas de su época,  iniciaba un duro camino contracorriente en un marco internacional marcado por la crisis económica y el ascenso del fascismo; cobrando así un simbolismo y realidad que la situaba en el centro del huracán de la Historia. Como todos sabemos, y para desgracia de toda la Humanidad, una de las dos identidades nos acabó helando el corazón. Y nos lo sigue helando ya que el Pacto que determinó el carácter de la llamada “Transición Política”, al no plantearse la ruptura con el Estado heredado del fascismo, ha dejado sin resolver las contradicciones; explicando esta IIª Restauración gran parte de las políticas internas y externas de los sucesivos gobiernos de la Monarquía Borbónica.

4.- En relación a la “identidad española” y Nuestro Patrimonio Común. Es posible que a partir del Encontronazo de 1492, también en la llamada América Hispana, se hayan expresado distintas identidades.

Qué duda cabe que en un primer momento la única identidad palpable fuera la del “invasor”. El mestizaje y la consolidación de nuevos espacios diversificaron esta identificación. De hecho, gran número de libertadores, empezando por el propio Simón Bolívar, eran españoles de origen. La gesta por la Independencia volvió a situar claras identidades referidas al papel que cada quien jugaba en la contienda. Así,  el Libertador no duda en afirmar, en 1815, en la ciudad de Trujillo:  “Españoles y canarios contad con la muerte aun siendo indiferentes, si no obráis activamente en obsequio de la libertad de Venezuela. Americanos, contad con la vida, aun cuando seáis culpables”.

La apreciación de lo “español” sufrió desde mi punto de vista un gran cambio al recibir numerosas repúblicas latinoamericanas el caudal humano del exilio; hombres y mujeres que fueron recibidos como auténticos hermanos y que correspondieron a la altura del gesto recibido: volcando toda su sabiduría, experiencia y capacitación profesional al servicio de los pueblos que los acogieron.

5.- Vivimos una época de excesivos “revisionismo históricos”. La Historia se reinterpreta para que el producto del análisis sirva a los intereses de la II Restauración. En los últimos años se han creado importantes mitos alrededor de figuras como la de la Reina Isabel La Católica, Juana La Loca o el propio Emperador Carlos V, quien se nos presenta como “el primer europeísta”.

Esta nueva interpretación sirve a los proyectos imperialistas del capital transnacional español en el marco de la globalización neoliberal. Ideales rancios como el de la unidad de la patria y su grandeza expansionista vuelven a tomar impulso.

De los nuevos mitos que este revisionismo histórico está produciendo, resaltan por su tremenda maldad:

-La visión de que la guerra civil española fue un error histórico. Lo que nos quieren decir es que la identidad republicana no debió existir pues ella fue la partera del fascismo y la guerra fratricida.

-Que la Transición Política fue un proceso modélico. Tan modélico que ha podido ser exportado para los casos de las dictaduras militares de América Latina.

El revisionismo histórico es la cara ideológica de Telefónica, Endesa, BBVA, BSCH, etc. Y de un nuevo eurocentrismo.

Es por eso tan importante y estratégica la tarea que tenemos por delante y que no es otra que la construcción de una nueva identidad que tenga como pilares básicos la superación del eurocentrismo y del fetichismo. Una nueva identidad que pueda capitalizar para los pueblos y naciones de ambos lados del Atlántico Nuestro Patrimonio Común en toda su complejidad y diversidad.

La globalización –entendida ésta como el proceso de socialización de la Humanidad-, es una tendencia histórica imparable. Pero nuestro referente último no puede ser una Humanidad globalizada por elementos uniformes sino por el contrario caracterizada por el desarrollo libre de la experiencia acumulada por los pueblos en el devenir histórico.

6.- Una última reflexión en relación a la fecha de 1931. A partir de la irrupción del Nuevo Orden Internacional mucho se ha debatido sobre el carácter del autoritarismo que lo acompaña. Algunos sectores no tardaron en calificarlo como neofascismo. Siempre me he opuesto a esta caracterización. El fascismo histórico, que surge en la Europa de entreguerras y que más tarde aparece en otros continentes, estuvo marcado por una coyuntura de crisis económica y ascenso del movimiento obrero y popular; tuvo como uno de sus elementos más característicos su carácter de masas y su voluntad de organizar y movilizar a amplios sectores sociales. Modestamente opino que el autoritarismo de nuestros días tiene otras características aunque éstas no lo hacen ni más ni menos peligroso, devastador o cruel que al fascismo histórico.

Sin embargo he podido encontrar su huella, como si se tratara de un resto arqueológico que cobrara repentinamente vida, en la realidad actual de la República Bolivariana de Venezuela. Allí, la contrarrevolución ha adoptado la matriz ideológica del fascismo histórico. Me niego a pensar que pueda tratarse de una expresión de “patrimonio común”.

En una coyuntura de quiebra del modelo de dominación (lo que los propios venezolanos califican como “puntofijismo”) y de ascenso de la lucha popular articulada alrededor de un referente emancipador,  los sectores oligárquicos aupados por sectores de las clases medias (acobardadas ante el peso aplastante de una crisis económica que amenaza desde los años 80 con la desaparición del estatus de vida conseguido en las décadas del boom petrolero), han retomado el ideario del fascismo como estrategia desestabilizadora al servicio de un plan genocida contra el pueblo bolivariano.

El impacto emocional de esta realidad es fuerte para aquellos que conocimos el rostro del fascismo histórico y no pudimos olvidar su hedor. Masas organizadas y movilizadas alrededor de un proyecto fanatizado, racista y xenófobo; en el que se hace presente la ideología del nacionalcatolicismo, no sólo como referente sino como articulación a través del púlpito de las iglesias y el pupitre de colegios privados. Proyecto de un clasismo transparente como el agua, sin colorantes ni edulcorantes, que transciende odio de clase por todos sus poros y proclama sin vergüenza ni complejos la idiotez, incapacidad y fealdad del pueblo. Proyecto de mensajes ideológicos devastadores y simples, convertidos en verdades absolutas gracias al aparato propagandístico de los medios de comunicación sin excepción. Proyecto que ha pretendido, incluso, la uniformidad de una vestimenta identificatoria, el negro; que organiza verdaderas campañas de terror psicológico de masas de consecuencias duraderas y en muchos casos impredecibles; que pinta esvásticas en las puertas de los vecinos “enemigos” y organiza planes de “autodefensa” para hacer frente a la “chusma” que ellos inventaron bajará de los cerros para aniquilarlos y quedarse con sus propiedades. Proyecto que está utilizando el sabotaje, el asesinato y el terrorismo como táctica desestabilizadora, etc.

Nada de esto es retórica, pueden estar convencidos. Baste recordar las acciones desarrolladas por los fascistas venezolanos en las breves horas en que pudieron mantenerse en el Palacio de Miraflores.

La gran satisfacción histórica fue comprobar que en esta nueva Venezuela Bolivariana, el pueblo convertido en sujeto histórico del cambio demostró que sí es posible derrotar al fascismo. La gran pena fue comprobar la actitud diletante de la izquierda europea, tan contagiada de eurocentrismo castrador que fue incapaz de sumar su voz a la de millones de hombres y mujeres que en aquellos días dieron lecciones de Historia imperecederas.

Roete Rojo

Bibliografía comentada:
El Libertador. Mijares, Augusto. Academia Nacional de la Historia. Ediciones de la Presidencia de la República. Caracas. 1987.
Historia de España. Vilar, Pierre. Libraire Espagnole. París. 1963.
Cambio económico y actitudes políticas en la España del siglo XIX. Ariel. Barcelona. 1973.

viernes, 20 de abril de 2012

EN EL BARRANCO: ENTRE VÍZNAR Y ALFACAR


(Homenaje a las víctimas del fascismo en Granada)
Artículo publicado por El Otro País de Este Mundo


Panorámica de Viznar. Foto: Paco Mendoza


Con motivo del 78 aniversario de la proclamación de la II República, el pasado 14 de abril de 2009, se constituyó la Coordinadora Republicana de Granada, que ha tenido como primer objetivo organizar la I Semana Republicana en la ciudad. Entre las actividades realizadas, se subió al Barranco, en zona correspondiente al término municipal de Víznar, para poner una placa en homenaje a las víctimas del fascismo que yacen en las fosas comunes. Fue en la tarde del sábado 18 de abril.

Si muero, dejad el balcón abierto…

Había dejado escrito Federico García Lorca. Ningún paraje como el Barranco puede evocar mejor la imagen de un balcón.
Defendido a sus espaldas por una sucesión de sierras, se abre hacia la Vega de Granada, en perspectiva soberbia, desde la que podemos contemplar Sierra Nevada, Sierra Elvira, los cultivos vegueros tradicionales…y dos pueblos que lo enmarcan, a derecha e izquierda, compartiendo la responsabilidad de su defensa: Alfacar y Víznar.
Ambos pueblos fueron alquerías musulmanas de gran prestigio, lugar de descanso y reposo de los monarcas ziríes, por su situación privilegiada y sobre todo, por ser el centro desde el que, a partir de la construcción de la  Fuente de Aynadamar (o de las lágrimas),  que recogía las aguas del nacimiento de Fuente Grande,  mediante un complicado sistema de acequias, se llevaba el agua  al  Albaicín granadino.
Los moriscos residentes en ambas arquerías fueron expulsados tras  la Pragmática de Expulsión dictada por Felipe II, siendo repobladas con familias castellanas.
Durante muchas generaciones, al amparo de la bondad de las aguas de Aynadamar, ambos pueblos se especializaron en la producción del pan que surtía a la ciudad de Granada. Todavía las personas de mi generación guardamos el recuerdo de aquellos “panaeros” que bajaban en burro el tan preciado alimento, pregonándolo en las esquinas de las calles, a las que bajábamos normalmente las niñas a comprar la cantidad que nuestras madres nos indicaban. Imágenes que la historia reciente de la ciudad acabó aplastando, como tantas otras cosas y paisajes.

Inicio de una crónica sangrienta

Son muchas las preguntas que cualquiera puede hacerse sobre los motivos que llevaron a los fascistas sublevados en Granada, para hacer de Víznar y del Barranco, los lugares de la crónica sangrienta que se iniciara nada más tomada la ciudad y parte de la provincia a partir del 20 de julio de 1936.
Lo recóndito del lugar por su complicado acceso,  unido a su proximidad a Granada; la cercanía geográfica a la Fábrica de Pólvoras Santa Bárbara, la presencia de la Iglesia en Viznar, lugar elegido por los arzobispos para descansar dado su agradable clima durante el verano…
La cuestión es que en el Palacio de Moscoso y Peralta (Víznar), el capitán Nestares tenía instalado el cuartel general de Falange en 1936. También hasta Víznar se trasladaron presos, principalmente masones, que eran obligados a las tareas más ingratas de cavar las fosas, enterrar los cadáveres cada mañana y quién sabe cuántas vejaciones más antes de ser en muchos casos “paseados”.
Las cifras de los fusilamientos en Granada están por acotar. Se habla de más de 6000, repartidos principalmente entre el Cementerio de San José, el Barranco y multitud de cunetas desperdigadas por el conjunto de la provincia.  Ian Gibson afirma que sumados los de Guadix, la cifra podría ser mucho más elevada. Tampoco se sabe cuántos fueron asesinados en el Barranco.
En el libro de Antonio Ramos Espejo, “García Lorca en Fuente Vaqueros”, en entrevista realizada a Ian Gibson, en 1979, se afirma: … aquí, bajo nuestros pies, entre los pinares que colocaron después de la guerra, yacen miles de víctimas de la represión…
Desde entonces la zona estuvo sometida a los rigores del fascismo, quien ubicó en ambos municipios dos centros de adoctrinamiento y disciplina ideológica: la OJE y la Sección Femenina, en Alfacar y Víznar respectivamente. Está claro que en más de 40 años tuvieron tiempo de modificar el paisaje, de ocultar pruebas, de retirarlas, etc. Los pioneros que visitaron el Barranco, buscando las últimas huellas de Federico García Lorca (Couffon, Gerard Brenan y Gibson),  tuvieron la oportunidad de dar testimonio de los cambios acometidos, así como del miedo que se respiraba y de la dificultad para indagar sobre lo sucedido. Sólo manos anónimas, pero conocedoras de los lugares, en absoluta clandestinidad, dejaron testimonio regular de lo ocurrido, colocando sencillas flores en determinados lugares.

Presente y futuro incierto

Hoy, los municipios de Víznar y Alfacar han sufrido una fuerte expansión urbana, sobre todo el último. Todas las bondades de su clima y las facilidades actuales para acceder a ambos desde la A-92, explican el desarrollo y justifican, según el mercado, que posean seguramente el precio por metro cuadrado edificable más elevado del área metropolitana de Granada.
La historia del lugar no ha sido óbice, para quienes nunca han tenido escrúpulos, para seguir construyendo hasta aproximarse peligrosamente al lugar donde se ubican algunas de las fosas, incluida la de Federico García Lorca y sus tres compañeros de desdicha. En la entrevista citada, Ian Gibson manifestaba su horror ante la proximidad de las edificaciones: Hay que cercar todo esto.
La devastación del paraje resulta a estas alturas más que preocupante. Para dar una vuelta más al proceso de degradación del entorno, el Barranco comparte término municipal con los dos municipios (en la actualidad, Alfacar gobernado por el PP y Víznar por IU) y cada cual acomete las acciones que cree oportunas.
Con la construcción del Parque Federico García Lorca, en Alfacar, de horrible factura y abandono extremo –circunstancia que pudimos constatar de nuevo el pasado 18 de abril-, pareciera que el lugar donde reposan los restos del poeta haya quedado bajo resguardo. Junto a la fosa se ha colocado un monolito en el que reza, “A todas las víctimas de la guerra civil”… sobran los comentarios.
El Parque sólo se adecenta en el mes de agosto cuando se concentran en él  “intelectuales y poetas”, más alguna autoridad y algún invitado internacional (algunos de algo más que dudoso pasado democrático), para rendir homenaje a Federico García Lorca. Durante el resto de meses del año, la fuente no echa agua, las placas de cerámica de Fajalauza con fragmentos de versos siguen deteriorándose y la basura campea a sus anchas ya que los contenedores no son vaciados. Frente al Parque, un tremendo edificio de apartamentos…
Prosiguiendo el camino serpenteante del Barranco en dirección a Víznar,  la construcción de un campo de futbol que fue paralizada en su día y a nuestra derecha, una instalación ganadera que sofoca con su pestilente olor al de los pinos y las plantas aromáticas del entorno natural. Un poco más abajo, siguiendo la pendiente, los restos de un gran movimiento de tierras también paralizado hace años.
Siempre que paseo por este lugar me pregunto qué encontrarían las máquinas y los hombres que abrieron en la tierra semejantes heridas.

Barranco de Víznar


Foto: El País


Las acciones más decididas para preservar el patrimonio histórico del Barranco se han desarrollado gracias a la voluntad del alcalde de Víznar, Luís Antonio Pérez Sánchez. Con buen criterio, y a pesar de la escasez de medios económicos, según nos explica, decidieron adecentar los accesos a una de las mayores fosas. En 1979, según relata Antonio Ramos, el lugar estaba ocupado por una charca de agua.
En la actualidad se ha abierto un camino, construido pequeñas plataformas de madera para sortear obstáculos y colocado unas inmensas piedras de granito en las que se pueden instalar placas en memoria de las personas ejecutadas. El lugar es fácilmente identificable por una inmensa piedra, ubicada al borde del camino, que tiene grabado, “Barranco de Víznar”.
Hasta allí subimos con relativa frecuencia para denunciar los crímenes cometidos por el fascismo contra las personas que decidieron ser leales al legítimo gobierno republicano.
Todavía no son muchas las placas colocadas. Según nos explica el alcalde de Víznar, muchas de las familias afectadas tuvieron que exiliarse y, pasadas varias generaciones sin que hubiesen regresado, mantener los vínculos con aquel pasado terrible ha resultado imposible. Por eso, la mayor parte de las iniciativas han venido de la mano de organizaciones e instituciones.
En dicha fosa se encuentran muchos trabajadores de la Fábrica Santa Bárbara, incluido el director de la misma, abuelo del cantautor granadino, Carlos Cano. Para el comandante Valdés y su banda de asesinos fascistas, la ocupación de la fábrica y su control fueron estratégicos. También están allí los restos del profesor D. Salvador Vila Hernández, Rector Magnífico de la Universidad de Granada. Y un sin fin de hombres y mujeres sin identificar.

Una polémica que no acaba

En los medios de comunicación se ha informado sobradamente de la polémica surgida entre los descendientes de Federico García Lorca y los descendientes de dos de los enterrados junto al poeta en el Barranco, ocasionada por la voluntad de estos últimos de desenterrar los cadáveres de sus familiares y la negativa de la familia del poeta a que se desentierre a Federico. Interviniendo a favor del desenterramiento el propio Ian Gibson.
Más allá de la pretendida capacidad de presión de la familia de Federico, el tema no se presenta fácil desde el punto de vista legal. Reconocer el derecho de unos supone negar el derecho de otros. Y, por si fuera poco, arrogarse en tema tan delicado la voluntad de los cuartos implicados que no se pronuncian.
Más allá de la polémica mediática surgen muchísimas incógnitas.
¿Por qué sólo el interés por la fosa donde se encuentra el poeta? Y si el proyecto se universalizara para todas las fosas existentes, ¿sería viable? Recordemos que una de las hipótesis plantea la cifra en miles, ¿en cuántas fosas?, ¿sería posible la identificación de los cadáveres dado que la mayoría de los familiares no se han pronunciado o no pueden pronunciarse pasados más de 70 años?
Suponiendo que un número determinado de descendientes exigiera también la identificación de los restos de sus familiares, ¿a cuánto ascendería el análisis de ADN del total de los restos? Y, no menos importante, ¿cuál sería y en qué condiciones el destino último de las víctimas no reclamadas?          
Sabemos que distintas organizaciones defensoras de la memoria histórica han conseguido ejecutar planes para identificar en fosas repartidas por toda la geografía española a multitud de víctimas. Pero dichos planes, ¿serían viables cuando hablamos de miles, repartidas en no se sabe cuántas fosas y en un paraje geográfico amplísimo y muy transformado por la voluntad de ocultamiento, primero, y por la especulación urbanística, después?
Y si esta pretensión se hiciera realidad por muy descabellada que parezca, ¿cuál sería el futuro del Barranco?

Una propuesta con bastante sensatez

En una reunión realizada hace algunos años por la Asociación  para la Recuperación de la Memoria Histórica de Granada, que ampara la petición de los descendientes de Dióscoro Galindo y Francisco Galadí, dos de los fusilados y enterrados junto a Federico García Lorca, escuché por primera vez la propuesta del joven alcalde de Víznar; una propuesta más profunda y abarcadora que la de ir cavando por aquí o por allá, aunque, y vuelvo a insistir, el interés hasta ahora es exclusivamente  relativo  a la fosa donde se encuentra el poeta.
La propuesta hecha por el alcalde implicaba en primer lugar, el compromiso de preservar el Barranco, lo cual exigiría una reglamentación que lo garantizara. En segundo lugar, la dignificación del lugar, rescatándolo del silencio aplastante de tantos años. Dignificación que hiciera del Barranco un espacio dedicado a la pervivencia de la memoria histórica, de la lucha por las libertades, de explicación de las atrocidades del fascismo. En tercer lugar, la creación de un Centro de investigación, de estudio (creo incluso recordar que ofreció suelo de su municipio para concretar la iniciativa), que pudiera ser receptor de datos, de documentos, de bibliografía, de investigadores, etc, dedicado a sacar a la luz, para las generaciones venideras, con el mayor rigor histórico posible, la verdad sobre lo ocurrido.
Hasta el día de hoy, así hay que reconocerlo, las únicas iniciativas que se acercan a esta propuesta, que nosotros compartimos, son las realizadas, y descritas más arriba,  por el Ayuntamiento de Víznar.
Luís A. Pérez Sánchez nos explica, cada vez que subimos al Barranco, que “Federico eran todos”. Absolutamente de acuerdo con él. Sólo que, pensándolo con absoluta serenidad, todos seguirán siendo Federico en la medida en que los restos del poeta sigan impidiendo “otros” planes.

Asociación Plataforma Cívica por la República
Roete Rojo

Este artículo fue publicado en el año 2009. Como muchas lectoras y muchos lectores sabrán, el levantamiento de terrenos para encontrar los restos de Federico García Lorca se llevó a efecto, sin encontrar rastro. El acontecimiento se convirtió en un gran circo mediático. En la soledad de la ciudad del desamparo, suspiré tranquila. Federico, de momento, puede seguir siendo “todas y todos”. Al margen de esta operación de búsqueda, ninguna otra iniciativa para preservar el Barranco se ha llevado a efecto.

jueves, 5 de abril de 2012

4 DE FEBRERO EN VENEZUELA: DÍA DE LA DIGNIDAD


(Intervención realizada en el Ateneu Roig, en Barçelona, el 4 de febrero de 2012, por invitación de Amigues de l´Alba, Assamblea Bolivariana de Catalunya, Brigada Catalana Veneçolana Alí Primera, Brigada Vallesana Simón Bolívar)

Bona tarda, amigues i amics. És per a mi un honor estar aquesta vesprada aquí per parlar del Día de la Dignitat. Desitjo que les meves paraules serveixen per reflexionar sobre els nostres problemes comuns. Per endavant el meu agraiment.

Buenas tardes, amigas y amigos. Es para mi un honor estar esta tarde aquí para hablar del Día de la Dignidad. Espero que mis palabras sirvan para reflexionar sobre nuestros comunes problemas. Gracias anticipadas.

La dignidad sólo la celebran los que pueden

El pueblo de la República Bolivariana de Venezuela, inmerso en un proceso profundo de cambios políticos, económicos, sociales  y culturales, luchando por reconstruir identidades e integraciones en el área geográfica en la que vive, América Latina y El Caribe, defendiendo su Historia, soberanía y derecho de autodeterminación, puede celebrar el 4 de febrero como Día de la Dignidad.
El pueblo venezolano, con esta declaración, aprobada por la Asamblea Nacional, en 2007, reconoce y pone en valor histórico la significación del levantamiento cívico-militar, que fuera dirigido por el entonces Teniente Coronel, Hugo Chávez Frías.
Movimiento fracasado “por ahora”, significó la fractura y superación de décadas, siglos si lo miramos con perspectiva histórica, de explotación y dependencia, de injusticias y de violencia de Estado.
Algunos datos sobre aquella coyuntura. Para una población de alrededor de 18 millones de personas:
Según el escritor Uslar Pietri, producto de la renta petrolera, Venezuela había tenido unos ingresos directos de, al menos, 10 veces el Plan Marshall, que sirviera para la reconstrucción de Europa tras la II Guerra Mundial. Esta cantidad soberbia dejaba como saldo: un 43% de desnutrición crítica, millón y medio de niños en las calles, 75% de la mano de obra sin cualificación; 25.000 millones de deuda pública; entre un 60/80 de pobreza y un 40% de pobreza extrema. Un país devastado por el monocultivo petrolero, el abandono del resto de sectores productivos y dependiente del exterior para el suministro de cerca del 80% de los insumos. Más de 5000 casos de corrupción denunciados y probados, etc.
Este panorama desolador fue producto de la aplicación de las políticas fondomonetaristas y responsable del estallido social del 27 de febrero de 1989, conocido con “El Caracazo”.  El primero de los ocurridos en América Latina: el “Santiaguezaño” (Argentina, 1993) y el levantamiento zapatista (México, 1994)

La sublevación de Jaca, 1930

Si por estos lares tuviéramos vergüenza, perdón, quise decir memoria de nuestro pasado más reciente, no tendríamos dificultades para entender lo ocurrido aquel 4 de febrero de 1992, en Venezuela.
También en España tuvimos nuestros momentos de dignidad, aunque el olvido impuesto por la “Transacción Política” (Pacto de Punto Fijo, a la mediterránea), nos haya conducido a la inopia de los estúpidos en la que vivimos ahora.
El 12 de diciembre de 1930 se producía la sublevación de Jaca (provincia de Huesca), con la intención de hacer abdicar al rey Alfonso XIII,  proclamar la II República Española y convocar a Cortes Constituyentes.
Como en la Venezuela de 1992,  España vivía una situación de crisis económica y social; de corrupción institucional, pobreza generalizada y agitación social; de descrédito del sistema bipartidista (liberales y conservadores) y de la Monarquía Borbónica, sostén ideológico, político y militar de la oligarquía financiero-terrateniente.
Se trató de un levantamiento cívico-militar, respaldado por el Comité Revolucionario Nacional, formado en agosto de 1930, producto del llamado “Pacto de San Sebastian”. Dicho Comité diseñó una estrategia que unía a los sectores progresistas del Ejército con organizaciones de trabajadores, que serían los responsables de convocar la Huelga General; participaban también sectores intelectuales y burgueses.
Dos capitanes del Ejército saltaron al escenario político al dirigir el levantamiento en la ciudad de Jaca: Fermín Galán y Ángel García Hernández.
Fermín Galán y Ángel García

Ellos también fracasaron “por ahora”. En menos de 48 horas y tras un Juicio Sumarísimo, fueron sentenciados a muerte y fusilados.
Mientras la Monarquía respondía con la represión, Fermín y Ángel se convertían en dos héroes populares. Con su fusilamiento a quien se estaba fusilando era a la Monarquía.
Proclamada la II República, el 14 de abril de 1931, serían reconocidos como mártires de las libertades; presos del Comité Revolucionario formarían parte del nuevo Gobierno Provisional, encargado de convocar a Cortes Constituyentes. La nueva Constitución sería aprobada el 9 de diciembre de 1931.
Juicio a los militares de Jaca
Para cualquier historiador sensato, el levantamiento cívico-militar de Jaca fue la palanca que catalizó todas las contradicciones y fuerzas, para el triunfo de la República. Don Antonio Machado había escrito:

“La primavera ha venido
del brazo del capitán.
Niñas, cantad a coro:
¡Viva Fermín Galán!
La primavera ha venido
y Don Alfonso se va.
Muchos duques le acompañan
hasta cerca de la mar”.

Mentiras y silencio de los medios

En horas posteriores al 4 de febrero de 1992, aparecen en los medios de comunicación de nuestro país, unos militares sublevados que esgrimían el nombre de Bolívar. Los medios repitieron durante horas que el movimiento fracasado, al que califican de golpe de Estado, respondía al modelo de los golpes militares de los años 70; los comparaban con los “carapintadas” de Argentina (1987-1990). Los nombres más repetidos: Videla y Pinochet.
Angustiada por saber, leyendo entre líneas, me decía una y otra vez que las cosas no podían ser tan simples después del Caracazo.
Carlos Andrés Pérez (CAP) era un político desprestigiado. Yo conocía las fuertes movilizaciones de estudiantes, trabajadores y capas populares que se venían desarrollando. Aunque ahora nos pueda parecer mentira, no teníamos Internet ni correo electrónico. Al menos yo no disponía de esos medios.
“Gracias” al tratamiento dado a la noticia por el periódico conservador ABC, pude entender algo más e imaginar qué era lo ocurrido ese 4 de febrero. ABC hablaba de “una trama cívico-militar” y situaba el nombre de Uslar Pietri entre los conspiradores civiles (lo cual no quiere decir que fuera cierto); mencionando algunas otras claves que permitían un análisis más abierto. Eso me tranquilizó pero tuve que esperar meses para poder entrevistar en La Habana, en julio de 1993, a algunos protagonistas de los acontecimientos; de dichas entrevistas publiqué un artículo en Propuesta Comunista.
Les sorprendería conocer los nombres de algunos de los entrevistados, muy bolivarianos y chavistas en ese verano de 1993, en una Habana sufriente (quizás el verano más duro del llamado “Período Especial en Tiempos de Paz); luego convertidos en fascistas recalcitrantes.
Al fracasar la sublevación, la noticia dejó de tener presencia en los medios. Por aquí estábamos comenzando los fastos de los Juegos Olímpicos de Barcelona y la Exposición Universal de Sevilla. Nos gobernaba un partido hermano de Acción Democrática, el PSOE (ambos miembros de la Internacional Socialista), y el Presidente español, Felipe González, era íntimo amigo y socio de CAP.
Venezuela siguió siendo un país desconocido en el mapa, productor de “culebrones” y habitado por hermosas mujeres. Hasta que en 1998, el nombre olvidado de aquel teniente coronel, apareció como candidato a las elecciones presidenciales y, frente a todos los pronósticos, LAS GANÓ, el 6 de diciembre de dicho año, con más del 56%.
Comenzaba la guerra mediática a muerte.

Entre la desvergüenza y la ignorancia

Tras décadas de autarquía y complejos estábamos entusiasmados de nuestra pertenencia a Europa. No importaba el coste, que justo ahora con la crisis, se ha revalorizado: desindustrialización, dependencia económica, reforma laboral y del sistema público de pensiones, ingreso en la OTAN, llegada de los fondos FEDER, etc.
¡Ya éramos europeos!
El mejor caldo de cultivo para pasar del españolismo más rancio, de ser “la reserva espiritual de occidente”, a engrosar las primeras filas del eurocentrismo ideológico; una especie de “furor del converso” que nos obligaba a ser “más papistas que el Papa”, como afirma el dicho castellano.
¿Alguien de entre los presentes considera que el Grupo Prisa o el Banco Santader son suyos… o nuestros? Pues lamentablemente millones de ciudadanos y ciudadanas de nuestro país, SÍ LO PIENSAN.
Si buscamos en el diccionario, eurocentrismo significa, “tendencia a considerar los valores culturales, sociales y políticos de tradición europea como modelos universales”.
De modo más sencillo: se trata de una minusvalía intelectual que nos impide entender y respetar lo diferente, permitiéndonos al mismo tiempo adoptar actitudes paternalistas y autoritarias sin miedo de hacer el ridículo.
No quiero herir la virginidad españolista y eurocéntrica de nadie, pero las cosas son como son: en nuestro caso, el eurocentrismo como ideología es el instrumento  de una renovada pretensión neocolonial. Es la otra cara de Telefónica, BBVA, Endesa, Prisa, Repsol, BSCH, Aguas de Barcelona, etc; de las injerencias de FAES, de la implicación del gobierno de Aznar en el golpe de estado de 2002 en Venezuela y de todos los intentos desestabilizadores que han tenido como epicentro el Estado español, sus instituciones o empresas.

¿Qué sabemos de Venezuela?, ¿Qué saben los que descalifican y pontifican?

Venezuela es una República joven, forjada en la lucha por la Independencia del imperio colonial español. Desde 1811 hasta el presente se han constituido 5 Repúblicas y regido 14 Constituciones.
Los procesos de insurgencia popular-militar han sido una constante histórica. En su vida como República, la insurgencia de la oficialidad progresista dentro del Ejército ha sido permanente. Sólo en el siglo XX: 1928, 1945, 1952, 1958, 1962 y 1992.
El día 23 de Enero es fiesta nacional. Se conmemora el final de la dictadura de Pérez Jiménez, mediante un levantamiento cívico-militar, tal día de 1958.
El Ejército venezolano tiene un origen e historia que lo hace radicalmente distinto al resto de ejércitos latinoamericanos. Un ejército que fue capaz de liberar a un subcontinente del yugo español, sin convertirse jamás en un ejército de ocupación.
Estructurar un discurso en base a la falacia de que los ejércitos existieron a partir de Videla o Pinochet, no es sólo una muestra de ignorancia histórica, también es una actitud muy peligrosa para esa izquierda que quiera entender los fenómenos que ocurren un poco más allá de sus narices.
Como escribiera el profesor boliviano Marcos Domich, en 1993, “… el ejército que consiguió la Independencia de las colonias españolas fue previo a las Constituciones … correspondiendo al nivel de desarrollo social de aquellos años y dada la ausencia del partido de la Independencia, las facciones patrióticas se armaron y constituyeron los partidos armados que trajeron al mundo a los Estados americanos. El Ejército existió antes que las Repúblicas y contribuyó a la formación de las mismas… los ejércitos libertadores no podían adoptar neutralidad frente a sociedades ya muy divididas por contradicciones sociales sangrantes. Lamentablemente, frente a la visión más avanzada, más popular y universal del ejército libertador, surgió la realidad, más fuerte que las proclamas, de quienes ya ejercían un dominio y explotaban a otros hombres en su beneficio: terratenientes, azogueros y comerciantes. Creados los estados nacionales, rota la visión latinoamericanista de Simón Bolívar, constituidos los ejércitos nacionales, el ejército venezolano, derrotado estratégicamente, fue el que mantuvo de manera más clara su origen y pensamiento emancipador…”
La Historia del siglo XX en América Latina, y muy concretamente las experiencias emancipadoras desarrolladas con un alto componente popular y soberanista, son impensables sin la presencia de los militares nacionalistas:
Lázaro Cárdenas (México, 1934), Omar Torrijos (Panamá, 1968); Jacobo Arbenz (Guatemala, 1951), Caamaño Deñó (República Dominicana, 1965); Velasco Alvarado (Perú, 1968); Guadalverto Villarroel (Bolivia, 1943), Rafael Franco (Paraguay, 1936), Perón (Argentina, 1946), etc. ¡Hasta Don José Batlle y Ordóñez (Uruguay)!, forjador del primer Estado del Bienestar del mundo, fue en su juventud un “alzado a caballo”.

Volviendo a nosotros

Para nuestra desgracia, no conocemos los acontecimientos que determinaron la historia de nuestro país. Aquellos que nos sentimos republicanos, cantamos, por ejemplo, el “Himno de Riego”, sin saber que el levantamiento de este General liberal, el 1 de enero de 1820, impidió la expedición militar al Río de la Plata, para sofocar al movimiento libertador latinoamericano, obligando de nuevo al criminal de Fernando VII, a acatar la Constitución de 1812. Desconocemos también los lazos que unieron a Riego con Bolívar, ambos masones.
La violencia y el militarismo, como recursos de dominación y de aniquilación, han sido los más utilizados por las élites ligadas al Absolutismo y a la Monarquía Borbónica; sirviéndose esta última, sin ningún reparo, de períodos dictatoriales para garantizar la pervivencia futura del modelo. Ocurrió en el siglo XIX, en el XX, y puede que también en el XXI.
Dicha violencia no sólo se ejerció contra el movimiento independentista latinoamericano. En aquellas décadas del siglo XIX, en ambas orillas del Atlántico, los liberales luchaban contra el mismo poder y, en ambas orillas, recibieron la misma respuesta. Baste recordar que tras el período liberal transcurrido entre 1820-1823, la persecución desarrollada contra los liberales fue atroz, sufriéndola alrededor de 30.000 seguidores del constitucionalismo en nuestro país.
Años después de la ejecución de Túpac Amaru (18 de mayo de 1781), un 7 de noviembre de 1823, el general Rafael de Riego Núñez, condenado a morir en la horca, fue arrastrado dentro de un serón por las calles de Madrid; una vez ahorcado, su cuerpo fue despedazado en cuatro cuartos, que fueron ubicados en Madrid, Sevilla, León y Málaga.
¡100.000 soldados franceses!, se ocuparon de perseguir y derrotar a las fuerzas constitucionalistas. Riego fue derrotado por el general francés, Bonneman. Se reinstauró el Tribunal de la Santa Inquisión, batallones franceses acompañaban y protegían a las turbas que ofendían al general Riego durante su suplicio; enfermo moralmente, había firmado un documento retractándose de sus errores políticos y religiosos, bajo promesa de indulto. Tenía 38 años.
Mariana Pineda era ejecutada a garrote vil, en Granada, el 26 de mayo de 1831. Casi un siglo exacto antes de que fuera proclamada la II República Española.
Hubo que esperar un siglo pues  para que los valores laicos, republicanos y reformadores triunfaran en esta orilla del Atlántico. Pero después, tuvimos que hacer frente a un golpe fascista, iniciado por el sector “africanista” del Ejército,  que provocó el inicio de la Guerra de España, más de cuarenta años de dictadura fascista; tuvimos que tragarnos que Franco se muriera tranquilamente en su cama, sin responder de ninguna de sus responsabilidades históricas; tuvimos que asistir a la Transacción Política; tuvimos, por último, que asumir la voluntad del Dictador y asistir a la II Restauración Borbónica. En ella estamos.
Pasados casi 200 años del levantamiento militar del General Riego sigue activo el sustrato ideológico colonial. Lo cual no deja de tener su lógica ya que, a excepción del breve período de la II República Española, y de los contenidos que consagrara la Constitución de 1931, la pretensión de “paternidad” sobre América Latina ha seguido existiendo como pensamiento hegemónico entre las élites económicas y políticas del país.
Un buen amigo suele decirnos en tono de broma cuando nos oye hablar de Simón Bolívar, que no le perdona al Libertador que no  nos liberara también a nosotros de los Borbones y sus secuaces.
Fue imposible hace 200 años y lo sería también ahora. El objetivo de nuestra liberación sólo está en nuestras manos.

La República Bolivariana de Venezuela tiene mucha dignidad que celebrar

Ha construido un modelo de democracia avanzada, participativa y protagónica, de modo pacífico, a pesar de las agresiones internas y externas.
Ha devuelto la esperanza a un pueblo castigado y sometido sin piedad, saldando gran parte de la deuda social arrastrada; cumpliendo casi en su totalidad las Metas del Milenio, señaladas por las NN.UU., para 2015.
Está haciendo realidad el sueño de Simón Bolívar, “Unámonos y seremos invencibles”; de Ezequiel Zamora, el “General de Tierras y Hombres Libres”, y del maestro revolucionario, Simón Rodríguez, “O inventamos o erramos”.
El proyecto de integración soñado por Bolívar avanza, una integración basada en la cooperación, la complementariedad y el respeto a la soberanía de los pueblos; devolviendo también la esperanza a los pueblos del mundo y, muy concretamente, a los pueblos de América Latina y El Caribe.
¡Y ESTÁ LUCHANDO POR CONSTRUIR EL SOCIALISMO!
¿Cómo poder agradecer o responder por este sueño?, ¿cómo no estar conmovidos por tanta victoria conseguida en medio de la violencia del imperialismo y el fascismo interno?, ¿cómo no entender que los enemigos de los pueblos, a ambos lados del Atlántico, siguen siendo los mismos?
Con lo que está cayendo encima de nuestras eurocéntricas cabezas, ¿cómo no apreciar en todo su valor la lucha titánica que el pueblo bolivariano de Venezuela viene protagonizando?
La solidaridad internacionalista es, como en el flamenco, un “cante de ida y vuelta”. Bien que entendieron los pueblos del mundo lo que se estaba dilucidando en aquella joven República Española, atacada por el fascismo internacional, saboteada y zarandeada por la oligarquía y los terratenientes internos y olvidada por las llamadas “democracias occidentales”; bien que entendieron la obligación moral y política de defenderla con su propia vida, escribiendo una de las páginas más conmovedoras y épicas del siglo XX.
En nombre de mis abuelos y de mis padres; en nombre de todas las luchadoras y todos los luchadores antifascista y antiimperialistas del mundo, me permito decir:
¡Gloria al Bravo Pueblo!
¡En Venezuela, NO PASAR!


Roete Rojo
Grupo de Estudios de Historia Actual de la Universidad de Cádiz
Plataforma Simón Bolívar de Granada.